Por fin llegamos al tercer artículo de la serie "la flechita de FedEx". Ha costado lo suyo: proyectos, ferias y verano han ido pasando hojas del calendario hasta llegar a hoy, día en el que cerramos el círculo...
Llevamos un montón de líneas hablando de la sustracción en identidad corporativa y la reivindicación del espacio negativo, del buen uso del blanco, convirtiendo la nada en todo. Pues hoy vamos a otra cosa, diferente, pero no tan distinta. Hablemos de segundas lecturas. De palabras o números que se esconden dentro de otras palabras o números, como matrioskas tipográficas alfanuméricas.
Seguro que muchos ven en el logo de amazon esa sonrisa dibujada por una flecha anaranjada, pero fijáos también en el hecho de que la flecha va de la A a la Z, como su catálogo. Pero hoy vamos a centrar el foco en la nueva identidad de Baskin Robbins, mítica cadena de maestros heladeros surgida de la fusión de la Ice Cream Shop de Burt Baskin y la Snowbird Ice Cream de Irv Robbins. El bueno de Irv ya servía 21 sabores distintos de helado, un hito en su época, y al fundirse el buen saber hacer de ambos maestros (sumado al trabajo de estrategia de la futura Ogilvy & Mather) decidieron dar el salto a los 31. Y es que trabajar en estrategia, pensando en el medio y largo plazo, es muy importante, ya hablaremos de ello más adelante! Resumiendo, todo gira alrededor de sus 31 sabores, uno para cada día del mes: organizaron concursos y campañas centradas en ello... "el sabor cuenta, cuenta los sabores" o algo así firmaban los copies de Ogilvy. Como es lógico, sus distintas versiones de identidad desde entonces incluían el número 31, además en el mismo rosa que el de sus cucharillas, pero hasta 2006 nadie pareció encontrar la manera de fusionar el número con la parte tipográfica. Visto así ahora no parece obvio? Bravo!
Pues a este juego de las dobles lecturas y las matrioskas también nos gusta jugar en kajota de diseños. A la hora de planificar y plantear un proyecto de Naming e Identidad, nos gusta visualizar nombre y representación como un conjunto, y así lo presentamos. En el caso de alter360, una empresa especializada en la proyección esférica, construimos nombre y representación dando toda la importancia a esos 360º que constituyen su ventaja diferencial. Usando ese 360 en la identidad, la propuesta fue construir un nombre y una representación basada en una forma que, girando, crea casi toda la tipografía y, además, crea una confusión intencionada pudiendo interpretar el nombre como alterEGO, a ver el 3 como una E reflejada. Con sieteypico el reto era doble, crear Nombre e Identidad, pero incluyendo la palabra "siete" que, en efecto, es un número. Ya que su objeto es difundir la costumbre de la buena gastronomía, convertimos ese siete una nota mínima exigible, por lo que los productos siempre estarán por encima de ese nivel, mínimo un siete y pico. Además, ...y pico viene muy bien para los productos que comercializan: embutidos, encurtidos, quesos y vinos. En la parte gráfica, un montón de cosas. Como base, un cuadro naranja. Sobre él, un 7 y parte de un 8 (sieteypico, ¿no?) El 7 dibuja a su vez el diseño de una mítica copa de vino y el 8 pega un mordisco al cuadro (por eso el 8 es el pico). Creo que eso es todo, ¿o no?
Muy ingeniosos los publicitarios.
ResponderEliminar¿Será capaz el usuario de ver todo lo que hay?
¿Influirá en el consumidor todo este esfuerzo de ingenio?